HASTA SIEMPRE A LA GENIAL PINTORA ÁNGELES SANTOS

Fotografía de juventud de Ángeles Santos Torroella.

Fotografía de juventud de Ángeles Santos Torroella.

      Cuando pienso en una artista de primera línea que nunca recibió el homenaje y el reconocimiento merecidos, no puedo evitar acordarme de la genial pintora catalana Ángeles Santos Torroella, sin duda, uno de los mejores ejemplos de cómo ser mujer dificultó muchísimo a las artistas el hacerse con su lugar dentro del discurso hegemónico de las vanguardias. Para más inri, ella nunca perteneció a un grupo o un movimiento de artistas (si bien se la ha mal-etiquetado, como a muchas otras pintoras, dentro de la corriente inabarcable del surrealismo), tampoco mantuvo relaciones tormentosas con ningún vanguardista, ni participó del amor libre parisino, ni siquiera se vinculó con los grupos comunistas o anarquistas tan populares entre los artistas de la primera mitad del siglo XX. De hecho, se casó con un pintor reconocido pero que hacía una pintura bastante tradicional, y además, vivió en España durante toda la dictadura de Franco, sin exiliarse para desarrollar su arte de manera libre. Todos estos datos son grandes hándicaps para pasar a la posteridad, ya que no encajan con el mito de mujer-artista de vanguardia.

Autorretrato de Ángeles Santos.

Autorretrato de Ángeles Santos.

      Ángeles Santos fue testigo de dos guerras mundiales, de la República española, de la Guerra Civil, de toda la dictadura y toda la transición. Y vivió también nuestra actualidad, ya que ha muerto recientemente, en octubre del 2013, casi a los 102 años. Fue una superviviente de la historia, un testimonio artístico e histórico de toda una época, que no quiso contar apenas nada sobre sí misma. «Sobre mí está ya todo escrito» afirmaba ya hace años. Es el mayor ejemplo de humildad que he recuerdo en el mundo ególatra de los genios creadores.

      Con dos grandes cuadros en el Reina Sofía que cualquiera que se interese por la vanguardia española debe conocer, con motivo de su centenario se celebró en septiembre del 2011 un coloquio con Josep Casamartina i Parassols y Estrella De Diego como ponentes, donde se repasó su vida y obra. El hijo del artista, Julián Grau Santos, también participó animadamente en la charla. Quizá el mayor homenaje que se le ha hecho nunca fue la exposición retrospectiva de 2003 en el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid, que reunía gran parte de su obra. La labor curatorial de esta muestra corrió a cargo de Josep Casamartina, quien recalcaba la dificultad para arrancar palabras a la artista, acostumbrada a permanecer en silencio en lo que a su imagen pública y a su obra se refiere. Sin embargo, la historia de Ángeles Santos es apasionante, misteriosa, digna de una novela.

       Ángeles Santos nace el año 1911 en Portbou, Girona. Su familia cambia de residencia muy a menudo por la profesión del padre, funcionario de aduanas. De muy pequeña, interna en el Colegio de las Esclavas Concepcionistas de Sevilla, ya apunta maneras de pintora, tanto es así, que las monjas le recomiendan al padre que abandone sus estudios y se centre exclusivamente en el arte. Así lo hará. Durante su adolescencia en Valladolid, acude a clases de dibujo con el pintor italiano Cellino Perotti, con quien copia cartones para tapices. Con tan solo 17 años, en 1928, realiza su gran obra maestra: Un mundo. Este es uno de los cuadros que podemos ver en el Museo Reina Sofía, junto con La tertulia (mi favorito y la cabecera de mi blog), realizado el mismo año.

      Estos cuadros los pinta de manera totalmente libre y espontánea, prácticamente sin formación previa. Además, el Valladolid de los años 20 parecía a priori algo provinciano y no era precisamente el foco de creatividad de la vanguardia española (si puede hablarse de vanguardia española por aquellos años). Sin embargo, sus acusadas influencias de los nuevos realismos europeos, el realismo mágico y el surrealismo, han hecho que más de un historiador del arte se devane los sesos para tratar de trazar un mapa que nos ayude a rastrear las influencias de Angelita, dado que ella nos dejó pocas pistas. En la monografía que se publica con motivo de esta exposición del 2003, Ángeles Santos. Un mundo insólito en Valladolid, se apunta que por aquel entonces un pintor inglés llamado Cristóbal Hall residía en la capital vallisoletana y que éste pudo divulgar el libro de Franz Roh Realismo Mágico (que había sido traducido al español recientemente) y que Ángeles, que leía revistas sobre arte y acudía con su padre a tertulias de intelectuales, pudo haberlo leído. No en vano, los personajes ensimismados de sus cuadros de este periodo recuerdan a algunas figuras de Otto Dix y otros artistas europeos. También conocemos que la pintora y su padre viajaron a París para exponer su obra en varias galerías de arte.

"Retrato de la marquesa de Alquibla" de Ángeles Santos.

«Retrato de la marquesa de Alquibla» de Ángeles Santos.

"Nena que duerme" de Ángeles Santos.

«Nena que duerme» de Ángeles Santos.

"Anita y las muñecas" de Ángeles Santos.

«Anita y las muñecas» de Ángeles Santos.

"Alma que huye de un sueño" de Ángeles Santos.

«Alma que huye de un sueño» de Ángeles Santos.

      El éxito de Ángeles Santos llega de pronto, cuando se expone su obra en Valladolid en el año 29, junto con la de otros pintores locales. La crítica se muestra muy impresionada por la pintura de esta adolescente y los ecos de este acontecimiento llegan a Madrid. Sabemos que varios intelectuales se desplazaron a Valladolid a conocer a la joven promesa, incluso Ramón González de la Serna (el inventor de las greguerías) se enamoró de Angelita, y declaró que pensó proponerle matrimonio, aunque pronto se percató de que era una chica muy rara. Los cuadros de estos años escondían misterios terribles, como es el caso de Anita y las muñecas, donde parece que se recoge un terrible suceso local relacionado con un asesino vendedor de muñecas. En Un mundo, Ángeles pinta un planeta imaginario de forma cúbica, con moradores extraños, como marcianos (se comenzaba a hablar de estos temas en la prensa), extraños seres de color malva, aparentemente basados en un poema de Juan Ramón Jiménez. En cualquier caso, estos personajes podrían competir en rareza con los seres del tríptico del Bosco El jardín de las delicias o con algunas figuras del surrealista Yves Tanguy, por ejemplo.

"Un mundo" de Ángeles Santos.

«Un mundo» de Ángeles Santos.

      En La tertulia, se representa una nueva imagen de la mujer como intelectual (un grupo de mujeres con el pelo a lo garçon y fumando conforman esta tertulia) que recuerda, entre otros, al Retrato de Sylvia von Harden del alemán Otto Dix o a algunas de las pinturas de Tamara de Lempicka. ‘Tenía muchas amigas. Fumábamos a escondidas. Digamos que éramos modernas’, declaró la propia Ángeles. A pesar de tratarse de una tertulia (recreando el tema que nueve años antes pintaba Gutiérrez Solana en La tertulia del café Pombo), las cuatro mujeres no se dirigen la mirada, no hay comunicación, formando una composición de líneas sinuosas. Toda la escena emana una fuerte sensación de misterio y enigma.

"Tertulia" de Ángeles Santos.

«Tertulia» de Ángeles Santos.

      Sin embargo, este éxito tan repentino y a una edad tan temprana condicionará para siempre a Santos Torroella, llevándola a vivir episodios dramáticos y trastornos mentales (elemento que sí casa muy bien con el discurso del artista de vanguardia, por otra parte) y a abandonar para siempre este tipo de pintura tan siniestro y vanguardista. La prensa de aquella época recoge un suceso trágico: la jovencísima pintora está interna en un sanatorio mental. Incluso Ramón Gómez de la Serna escribe un artículo en La Gaceta Literaria, preocupado por el estado de salud de su admirada Angelita. Aparentemente, la joven se había obsesionado completamente con la pintura y se dedicaba exclusivamente a ello, apenas sin comer ni dormir, encerrada en sus visiones y en su trabajo. De buenas a primeras, una noche Ángeles escapa y será encontrada por unos agricultores en una zona boscosa, a la vera de un río. Serán estos quien llamen a la policía y la familia decidirá internarla.

      Finalmente, Angelita volvió a casa, pero nunca más será la misma: su pintura cambiará para siempre. Si bien continuó pintando muchísimos años (hasta ser ya muy mayor), su pintura se volvió blanda, amable, soleada. Realizará marinas, paisajes, retratos, bodegones… pero con una paleta pastel, luminosa, alegre. Nunca más aparecerán sus personajes misteriosos y sombríos ni sus sombras tenebrosas, todo eso quedó atrás. A pesar de que esa obra la acompañará toda su vida, puesto que la va a exponer aquí y allá (incluso en Estados Unidos y Europa) y el Museo Reina Sofía reclamará dos de sus cuadros, Ángeles Santos tratará de no referirse más a esta etapa de su temprana juventud. Se casó con el pintor catalán Emil Grau Sala, con el cual tuvo un hijo, el también pintor Julián Grau Santos, quien manifiesta una gran curiosidad por la historia de su madre y que colabora en recrear este episodio fascinante de la historia de la vanguardia española. Julián reconoce incluso que su madre repintaba algunos de sus cuadros de juventud, o tapaba ciertas imágenes, como renegando de ellos.

      Hace pocos meses me encontré con otra obra muy enigmática de Ángeles Santos, Alma que huye de un sueño, en la exposición del Thyssen Bornemisza El surrealismo y el sueño y me alegró comprobar que se tiene en cuenta la aportación de esta artista a la construcción de la historia de las vanguardias, colocándola junto a Dalí o Magritte. A todos aquellos que tengáis la oportunidad de pasaros por el Museo el Reina Sofía no olvidéis que la colección permanente cuenta con dos cuadros fascinantes de esta enigmática pintora. Yo supe de su existencia en el último año de carrera, donde vimos solo algunas pinceladas de su recorrido, pero ya entonces quedé prendada de su obra. Recientemente he sabido de su muerte y he querido contribuir humildemente a su memoria uniéndome a la difusión de su historia. Hasta siempre Angelita, tus cuadros quedarán siempre grabados en mi recuerdo.

Fotografía de Ángeles Santos.

Fotografía de Ángeles Santos.

Y… ¿Conocías la pintura de Ángeles Santos?

¿Y su importancia en la historia del arte contemporáneo?

¿Consideras que su obra debe anclarse en el surrealismo o que debe estudiarse de forma aislada?

¿Qué aportaciones propias crees que realiza?

¡Únete a la tertulia!

Vídeos de interés:

– Conferencia del centenario del nacimiento de Ángeles Santos:

http://www.fundacionmapfre.org/fundacion/es_es/cultura-historia/multimedia/videos-conferencias-angeles-santos/sesion-i.jsp

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