«¡DESTRUID LOS MUSEOS!». EL GRITO DE GUERRA DEL FUTURISMO ITALIANO.

          A pesar de que resultan más populares otras facciones de vanguardia como el surrealismo, la verdad es que el movimiento que da apertura a las abundantes corrientes de las primeras vanguardias, el futurismo, no es menos controvertido o interesante en ningún caso. De hecho, muchas de las aportaciones que se han tomado como  propias del dadá o del surrealismo, sin ir más lejos, tienen su origen en este movimiento italiano de principios del siglo XX. El futurismo nace oficialmente en Milán con el Primer Manifiesto Político de 1909, publicado en el diario parisino Le Figaro y escrito por el poeta Filippo Tommaso Marinetti. A este manifiesto le sucederán muchos otros, redactados por Marinetti y posteriormente por los distintos adscritos al grupo, los artistas Boccioni, Carrá, Russolo, Balla y Severini, entre otros. Los manifiestos (escritos en los que los artistas y teóricos de las vanguardias volcaban sus preocupaciones estéticas, sus líneas de acción y sus reivindicaciones) fundamentaron las bases de los grupos de artistas más relevantes. Esto se inicia y se aprecia especialmente en el caso del futurismo, sin embargo, existen otras corrientes que no pueden entenderse sin sus correspondientes manifiestos fundacionales, como es el caso del dadaísmo y los manifiestos de Tristan Tzara o del surrealismo y los manifiestos de André Bretón. Todos estos textos responden a una influencia innegable de la literatura futurista de Marinetti.

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De izquierda a derecha: Luigi Russolo, Carlo Carrà, F.T. Marinetti, Umberto Boccioni y Gino Severini. París.1912

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«Palabras en libertad (irredentismo)», de Filippo Tomasso Marinetti, tinta y collage sobre papel.

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«Estudios para una central eléctrica», proyecto arquitectónico utópico de Antonio Sant´Elia (1914).

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«El planeta mercurio pasando frente al sol», de Giacomo Balla (1914).

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«Formas únicas de continuidad en el espacio», de Umberto Boccioni (1913).

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«Revolución», de Luigi Russolo.

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«El jinete rojo», de Carlo Carrá.

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«Bailarina azul», de Gino Severini (1912).

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«Dinamismo de un perro con correa», de Giacomo Balla (1912).

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«Dinamismo de un automóvil» de Luigi Russolo

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«Niña corriendo en un balcón», de Giacomo Balla (1912).

        La teoría «marinettiana» surge de una raíz profundamente anarquista, patriótica y belicista. Los manifiestos de 1909 y 1911 suponen una llamada a los jóvenes artistas italianos a alistarse en las filas del futurismo: «Los futuristas convocamos a todos los jóvenes talentos de Italia para una lucha sin cuartel contra los candidatos que pactan con los viejos y los curas.» La mayor preocupación de este grupo es destruir la imagen clásica de Italia como paradigma del arte antiguo, derrocar el culto al pasado y proponer una imagen pionera y moderna del país, acorde con una Europa industrial y tecnológicamente avanzada. Marinetti entiende la práctica artística como militancia en pro de la modernidad y aboga por un arte que colabore en construir una nueva sociedad. Fascinados por las metrópolis modernas, el ruido de los automóviles, el dinamismo y la velocidad, los futuristas muestran una actitud verdaderamente beligerante frente a la tradición artística anclada en el pasado: «un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia«. El lenguaje de los manifiestos es provocador e incendiario, tanto que incluso hablan de destruir bibliotecas y museos y plantean la guerra como «única higiene del mundo». A su vez, apuestan por la juventud como fuente de salvación: «¡Vía libre a los jóvenes, a los violentos y a los temerarios!» De hecho, algunos terminaron combatiendo en las tropas del fascismo italiano, en el batallón de ciclistas voluntarios de Mussolini, perdiendo la vida en combate.

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«Dinamismo de un futbolista», de Umberto Boccioni.

        Las propuestas artísticas del futurismo tienen como objetivo mostrar el movimiento, el dinamismo, la agitación de la ciudad moderna. «Inauguramos una nueva época en pintura«, «…somos jóvenes y nuestro arte es violentamente revolucionario«, proclaman ellos mismos. Para ello, recurren a las llamadas líneas-fuerza, recursos estéticos que tratan de representar el movimiento, tanto en pintura como en escultura. También apuestan por la estética de la máquina, del automóvil, los trenes, los aviones… Los textos que acompañan a las obras futuristas, redactados por los miembros del grupo, explican muy bien las voluntades estilísticas que persiguen. Algunas de las publicaciones más célebres son La pintura futurista. Manifiesto técnico de 1910 o La escultura futurista de 1912. Estos son algunos de los puntos del Manifiesto sobre el color de G. Balla de 1918:

«1. Dada la existencia de la fotografía y la cinematografía, la reproducción pictórica naturalista no interesa ni puede interesar a nadie.

(…)

4. La pintura futurista italiana, que es, y que debe ser cada vez más, una explosión de color, no podrá ser sino festiva, audaz, aérea, eléctricamente lavada con lejía, dinámica, violenta, intervencionista.

(…)

7. Pintura dinámica = simultaneidad de fuerzas.»

        En cuanto a las obras plásticas más destacadas, encontramos la escultura Formas únicas de continuidad en el espacio (1913) de Umberto Boccioni y las pinturas Dinamismo de un perro con correa de Giacomo Balla o Dinamismo de una bailarina de Severini. En todas ellas encontramos una preocupación en común: cómo representar el movimiento, la velocidad, el dinamismo.

        Si bien algunas de sus ideas son moralmente cuestionables o excesivamente radicales y agresivas, es cierto que en cuanto a la historia del arte contemporáneo se refiere, las aportaciones del futurismo italiano no solo a la pintura y la escultura, sino también a la literatura (con las Palabras en libertad de Carrá) y la arquitectura (con los proyectos utópicos de Antonio Sant´Elia) son indiscutibles. Muchas de las propuestas del arte actual parten de las premisas de esta corriente fundamental de las primeras vanguardias artísticas.

1 comentario en “«¡DESTRUID LOS MUSEOS!». EL GRITO DE GUERRA DEL FUTURISMO ITALIANO.

  1. Gracias por tus artículos. Me parecen muy intersantes y bien estructurados. Ánimo artista! Saludos desde Hiroshima.

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